lunes, 15 de febrero de 2010

Jean Painleve

De la primera sesión, lo que más me llamó la atención fue el hecho de que la música de Yo La Tengo estaba perfectamente ligada a
cada momento emocional de los documentales. Me permitió meterme profundamente en el trabajo, sentado en el borde de mi silla. Siempre me ha gustado mucho Yo La Tengo y la música en general y antes había visto documentales de Painleve. Y siempre había notado que a pesa
r de ser trabajos extremadamente didácticos, no podía dejar de asombrarme por su increíble poesía y sentido del humór agúdo. Y el hecho de despojarlo de su audio original y reemplazarlo con Yo La Tengo, le quita a su vez este sentído didáctico un poco aburrido y nos permite ver más allá de ello y asomarnos al interiór de cada animal y perdernos en las figuras y los colores (cuando hay color) y verlo como ves algo que ves por primera vez.




De la segunda sesión me impactó de sobremanera el documental del pulpo. quizas haya sido porque al momento de ver ese, estaba intent
ando comerme una hamburguesa y pues, fue difícil d
ado que inmediatamente nos sumergimos a ver movimientos y costumbres de los pulpos que no van muy de la mano con el arte de comer. se me revolvió un poquillo el estómago. se lo adjudico a la fuerza emocional que emite el trabajo de painleve. El narrador particular de este documental, tan ácido y frío pero al mismo tiempo conocedor e interesado, me capturó, me ganó el corazón.




Jean Painleve. Me enamoré de aquel viejito cascarrabias. Su sentido del humor, su pasión brilla detrás de sus ojos. Un hombre ligero, entregado, amador, apasionado por comunicar sus fascinaciones.